Los Dorados Años Ochenta. Los que vivimos esa época, creemos que no hay mejor. Este blog intenta repasar la música de las discotecas y de las radios de esos tiempos, pero desde mi memoria y forma de verla. No es erudito ni exhaustivo, es solo una mirada mas.
viernes, 9 de mayo de 2008
Nostalgia Electrónica Parte Dos
Me senté en la sala de espera del médico un día. Y me puse a hojear las clásicas revistas que los docs siempre tienen en sus consultorios. Pero había una revista que no esperaba encontrar ahi. Una revista en inglés sobre audio. Y ahi lo vi, en la contratapa. Me enamoré inmediatamente. Era un aviso con este hermoso, para mi en ese momento, claro, minicomponente. Ahi nomas me afané el aviso de la revista, y me lo llevé a casa. Lo puse bajo el vidrio de la mesita de luz y me juré que sería mío. Cuando me enteré que traermelo al país me costaría la linda suma de 700 verdes, el sueño se me desvaneció. Pero mi suerte estaba por cambiar.
Caminaba por la calle Maipú, un tiempo después, y di la vuelta en Viamonte, y ahi, en el piso, me encontré 500 dólares. Estaban en un fajo hecho una cañito. No lo podía creer. Me metí en una baño y conté la plata, transpirando y con el corazón latiendome a mil. Me habia encontrado 500 dólares!!!!!!!!!!!!. De no creer!!. Después de unas ventas, como mi bajo y un walkman, y un préstamo de mi querida tía Tata, mas la guita que me encontré, me compré esta belleza. Un Sony FH-15R con control remoto.
Ahora que vos andas buscando como loco el control de la tele que no sabes donde lo dejaste, mientras tenés al lado el de la video o el dvd, y seguro el del equipo de audio, y si tenés mas suerte, el del aire acondicionado, te parece que el control remoto es algo totalmente normal. No lo era en ese tiempo. De hecho ni las teles aún tenían control acá, y esta belleza ya lo tenía. Me cansé de apagarles el equipo a mis amigos apenas lo tocaban, asustándolos haciéndoles pensar que habían tocado algo sin querer y arruinado el equipo, cuando era yo desde atrás, con el control remoto que aún no habían visto, escondido en mi mano en la espalda.
El sintonizador era digital, otra gran novedad en ese momento, y mi viejo, tano, Carloncho, pasó un día por al lado y después de mirar fijamente la sintonía, seguramente detenida en FM Radio del Plata, me miró y me dijo: "Ese reloj esta atrasado".
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